lunes, 24 de mayo de 2010

Mojados de tristeza

Hoy, pero desde, ayer, llueve.

Sin parar, de a poco, mucho, constante,

y caminar en la calle es mojarse

pero quedarse bajo techo es triste

como recordar alguna carta de amor

que no mandamos nunca y olvidamos

hasta esta tarde de lluvia y frío adentro

de casa, del corazón, de los olvidos

que reaparecen suavemente crueles

como corresponde a las almas en pena

o a las palabras ahogadas en tormentas

desdichados naufragios de caricias

deseos que no conocieron el sol

pues nacieron de noche,

con frío y lluvia.

Darío Illanes

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